Angola

En el momento en que llegamos al aeropuerto de Luanda pudimos ver el caos total en el que sobrevive Angola, un país que estuvo en guerra civil desde 1975 hasta el 2002 y que a duras penas y sin dios ni ley se recupera. La expectativa de vida es de 42 años, el promedio de hijos por habitante es 7, las personas no tienen acceso a la infraestructura básica de una ciudad, como luz y agua, y de salud, ni qué decir, la espectativa de vida lo denuncia.... de 1.000 ni~nos, s'olo 35 terminan la educacion basica y mientras, los políticos se llenan los bolsillos de dinero y para el pueblo angolano, cada día, es una fuerte lucha el sobrevivir.
Lo mejor de Angola, para mi gusto, son la mujeres, cargando las más diversas e inimaginables cosas en la cabeza, con perfecto equilibrio, como si fuera un tercer brazo y envueltas en paños de colores siempre cargando a un niño en la espalda el que se mimetisa con la ropa de su madre.
Conocer a esta Angola no es fácil, uno ve mucha cosa que tal vez no quisiera, pero sí es una gran experiencia "sociológica" que nunca podrdia olvidar.
Hay muchas cosas folcloricas y divertidas. En la radio anuncian, muy en serio, el nacimiento de un ni~no con cabeza de cabra y se escuchan historias de magia y hechizos. Las personas tienen nombres extra~nos, como "miercoles" (quarta feira), "jabon" (sabonete), "ni~nita" (menininha), "cuarenta", "hago de todo" (faz-tudo), etc.
Asi anduvimos por Angola, observando lo nuevo, riendonos de su folclor y disfrutando enormemente de la compa~nia de nuestros anfitriones Mariana (Nana) y Fernando (Efe), dos valientes que viven en este pais y que nos recibieron con casa y corazon abierto y nos mostraron lo que es la vida ahi.

Maca

pd: los teclados de Africa no me ayudan con la acentuacion...