segunda-feira, 3 de dezembro de 2007

Tibet




Los ojos de Buda
monjes estudiando




Los amigos del tur: Louise (Australia), Ana (Brasil,
Susannah (EE.UU), Massimo (Italia), Edith (Cuba-EE.UU),
Michael (EE.UU), Maca y More, Gustavo (Brasil) y Carla (Italia)
en el Potala




peregrina















mandala

viejitas tibetanas cantando



banderas de oraciones



yaks (animales peludos del Tibet)




los queridos Michael y Susannah (EE.UU)
el Everest y el fr'io...

cerca de la cima del mundo!!




los peregrinos

Estoy feliz con la manera en que estamos viajando, con tiempo y sin mucha planificación, dejando que nuestras aventuras se vayan haciendo a su ritmo propio, improvisando un poco y dejando que cualquier opurtunidad espontánea aparezca. Así conocimos a Edith, una cubana-estadounidense que nos contó sobre un tur al Tibet posible para nuestros bolsillos. Con el More se nos iluminaron los ojitos "Tibet!", lugar lejano, exótico, poco accesible, vamos!

Yo la verdad es que sobre el Tibet, no había escuchado mucho más que la canción de Mecano ("ha nacido en el país prohibido, perdido en la falda de una montaña, dicen que es la reencarnación de un dios...", del Dalai Lama y algo sobre sus conflictos con la China. Pero estaba curiosa, curiosísima con la oportunidad de estar en un lugar fuera de lo que escuchamos o podemos conocer.

Nuestro viaje al Tibet tuvo dos lados:

EL DURO:

- Desde Nepal al Tibet no se puede ir si no es en un tur, se necesita una visa turística de grupo (no nos gusta mucho la idea de tur organizado).
- Fuimos por tierra en un viaje de 7 noches y 8 días, cinco de esos 8 días fueron de estar en el auto avanzando en el camino durante gran parte del día.
- Gran parte del camino era mala, viajamos en jeep a los saltos entre hoyos y precipicios (el nuevo camino está en construcción, para quien vaya después del 2008 no tendrá que pasar por estas penurias...)
- El frío, el maldito frío, para mí fue lo peor, gélido! Nos tocaron mínimas entre -10 C y -20 C, las posadas y hoteles simplemente no tenían calefacción, no había por dónde escapar...
- La falta de infraestructura. Fuera de las ciudades más grandes como Lhasa, Shigatse y Gyantse, el resto son sólo pueblos en el medio de las montañas. Estuvimos en refugios sin agua potable (y ni pensar en agua caliente), fríos, con higiene dudosa y baños-fosas.
- La altura, More y yo tuvimos suerte, nuestras molestias no pasaron de leves dolores de cabeza y un poco de difucultad para dormir, pero hubo casos de personas en el tur que lo pasaron realmente mal.
- La historia del Tibet: saber cómo se ha dado la historia en este lugar duele.

El Tibet era un reino y un lugar donde la religión primaba (creo que a pesar de los cambios aún prima), pero después de la revolución China, cuando el Tibet fue incorporado ("a la fuerza" y con el costo de miles de tibetanos muertos) a sus dominios la cosa cambió. Sus tradiciones milenarias y sistema de vida fueron prohibidos. Es lo que el Dalai Lama llama de "genocidio cultural". Se instaló el pensamiento de eliminar "los cuatro antiguos": la antigua manera de pensar, la antigua cultura, los hábitos antiguos y las costumbres antiguas. Miles de monasterios fueron destruídos (se dijo que la religión era "veneno"), se les impuso a los campesinos qué debían cultivar y qué no y cualquiera que se opusiera fue arrestado e incluso sujeto a torturas.

Hoy en día las cosas parecen más tranquilas, pero se respira opresión en muchos aspectos. Nombro algo de lo que vi:

El Potala, palacio símbolo del Tibet, está ahí, en pie, pero sin el Dalai Lama dentro y sin actividad interna.
- A los tibetanos no se les da pasaporte...
- Nuestro guía tibetano, quien creció como refugiado en la India y después trabajó ayudando a otros refugiados tibetanos, tiene sus dos brazos quemados...
- Nuestro chofer, nos pide discreta y silenciosamente que le mostremos, sin que nadie vea que él está viendo, la firma del Dalai Lama que aparece en la dedicatoria de nuestra guía de viaje Lonely Planet.
- Nos dicen que cualquier tibetano que tenga una foto del Dalai Lama puede llevarse 8 años de cárcel (=cadeia).
- Estamos viendo cómo las personas rezan en la calle y un grupo de ancianitas, inofensivas, con sus ropas y artículos religiosos típicos tibetanos empiezan a cantar (imagino cantos religiosos), en una cosa de minutos llega la policía y con mala educación les ordenan que paren y que se dispersen, quiero sacar una foto de la escena y me aconsejan que no lo haga si no me pueden quitar la cámara.
- En la noche, tarde, caminando con More de vuelta de un restaurant, un tipo extraño nos ofrece a escondidas una foto del Dalai Lama (como si no supiera que al salir de la China podemos obtenerla en cualquier parte fácilmente...).
- Un turista checo, dentro del Potala, le pregunta al guía por qué el Potala no fue destruido, el guía le dice que no puede responder a preguntas políticas dentro del palacio... (el turista también fue poco delicado).
- Muchas de las paredes en los monasterios están cubiertas con plásticos o maderas.
- La operadora de turismo por la que viajamos nos advirtió a todos antes de salir de Katmandú sobre no hablar sobre política en el Tibet porque sin darnos cuenta, podíamos estar en problemas.

íbamos a conocer un país desconocido y nos encontramos en medio de una realidad difícil, con nuestra cara de turistas observando tímidos, desorientados sobre qué pensar y no pensar. No es fácil tener una opinión concreta sobre lo que está pasando, hay pros y contras, pero de que en el Tibet hay dictadura y opresión, de eso no tengo duda, lo pude ver...

LO LINDO

- Montañas inmensas y nevadas hacia donde se mire, uno se siente ínfimo, es todo es tan grande.
- Viajamos a los saltos en el jeep, pero entre las cuatro puertas tuvimos la compañía de Susannah y Michael, dos cómplices en este viaje que nos acompañaron las 24hrs.
- Pueblitos pequeñitos, en medio de la nada con su arquitectura propia, banderitas de oraciones y animales decorados con pompones y pequeños cascabeles.
- Un cielo impecable, seco y limpio con el azul desde que amanece hasta que anochece.
- Tibetanos maravillosos que te saludan en todas partes y te dan la mano porque sí, solo para conocerte aunque no consigan preguntarte o decirte nada, sonríen y te miran hospitalariamente.
- Monjes dulces dentro y fuera de los monasterios que no se incomodan que los hábitos extraños de los turistas invadan sus estudios y oraciones.
- Estatuas de Buda gigantes, arte, detalles, imágenes, escritos, arquitectura impresionante de lo que queda, cuando uno entra en un monasterio parece que el resto del mundo para... y lo milenario te absorbe...
- "Fe", se ve a los peregrinos en todas partes, en la calle, dentro de los monasterios, arrodillándose y rezando.
- Solidaridad, se ve a las personas más pobres dando donaciones a los monasterios para que estos sobrevivan.
- La fuerza de un pueblo que vive en ese lugar inóspito y difícil.

Creo que el Tibet ha sido el lugar más impresionante y diferente en el que he estado, me gustaría volver (en verano claro), pero tengo miedo, miedo de cómo este lugar va a ser en algunos años, miedo porque tengo pena de que sus tradiciones sigan desapareciendo, miedo de que las sonrrisas tibetanas sean contaminadas por otra cultura de vida. Les deseo a los tibetanos que la historia los ayude y que guarden lo que aún tienen.

Ahora estamos en Katmandú de nuevo, volvimos por tierra pasando por el majestuoso Everest y su campamento base. Nuestra próxima parada es India, dicen que es amable y odiable al mismo tiempo, contradictoria en lo intensa que puede ser, veremos cuáles serán nuestras impresiones.

Cariño a todos!

Maca

(más abajo, publicados en orden cronológico, hay varios textos y fotos sobre Nepal)


1 comentário:

Anónimo disse...

Mi querida Maca,
con una emoción palpable leo tus memorias sobre Tibet. Creo que de los Budistas tenemos mucho, mucho que aprender sobre la vida, sobre la filosofia, sobre las ideologias humanas... Estoy segura que eso lo viste, lo realizaste también. No será por eso que aun están vivos (aunque les quede poco...)? Lo tibetanos son un pueblo increible...
Linda Maca, gracias por contarnos, por hacernos saber como te sentiste allá. Gracias tambien por las maravillosas fotos.
Un abrazo fuerte, les quiero a los dos montón.
Elaine