domingo, 4 de novembro de 2007

Abuelita Georgina

Abuelita Georgina

El 18 de octubre, a los 93 años, mi abuel"ita" (no le gustaba que le dijeran abuela, tenía que ser "abuelita") se fue a descansar...

La abuelita era, y sigue siendo dentro de cada una de las personas que conoció, una mujer con una bondad infinita, linda, tierna, cariñosa al máximo. Cuando uno la iba a ver a su casa, mágicamente, te hacía sentir la persona más importante del mundo, era un placer, te recibía con su sonrrisa preciosa (de dientes "originales", "¡toditos!", ¡con sus 93 se sentía tan orgullosa de eso!).

"- ¡Mijita!" "¡mijito!", así éramos tratados todos, incluso los cincuentones y sesentones. Te recibía tan feliz, y como ya dije, uno era todo en ese momento y junto con sus "secuaces" (la nana María, su mayor cómplice), se encargaba de llenarte la guata y te acompañaba en la comilona, golosa, con apetito, ¡daba gusto!

La Abuelita era tranquila, sumisa (aunque a veces escapaba uno que otro comentario agudo que sorprendía), elegante y fina siempre (sin pretender serlo), divertida (le encantaba contar chistes, sus predilectos: "Don Otto" ¡Abuelitaaaa!!!). Era discreta, risueña, tenía una memoria de elefante (contaba historias de su infancia y juventud como si fueran ayer), absolutamente incondicional, observadora, suave, nostálgica, curiosa, inteligente y generosa.

Llevaba su vejez con humor:

- "Abuelita ¿Cómo estás?"

- " Bien mijita ¡¡Bien vieja!!!!! jejejejeje!!!" Parecía siempre tan tranquila. Aunque también siempre estaba preocupada, por cada persona, le encendía velas a la virgen y rezaba por cada uno para que todo resultara bien.

La abuelita también era artista, sensible como nadie en todos los sentidos, tocaba el piano como los dioses, y no exagero ni un poco, era impresionante, talentosa, todo de oído, había sólo que pedirle y tocaba y tocaba.

Esposa del querido tata Manuel, quien también ya se fue..., juntos se transformaron en 5 hijos, 18 nietos y 14 bisnietos y ahí están los dos, vivísimos en nosotros.

Somos afortunados, no cualquier persona tiene tantos años de abuelita Georgina, ahora ella está tranquila, con el tata y como dijo mi amigo brasileño Klauss al que le robo sus palabras "há algo que tenho claro em mente: um belo sorriso florido no rosto da vuela Georgina, acompanhado de algumas claves de sol dançando em volta dela... esse deve ser seu paraiso e seu descanso..."

" hay algo que sí tengo claro: una bella sonrisa florida en el rostro de la abuelita Georgina, acompañada de algunas claves de sol bailando alrededor de ella... ese debe ser su paraíso y su descanso..."

3 comentários:

Anónimo disse...

Mi querida Maca, me enteré hace algunos días de la Julia... Te mando tantos abrazos... y te estoy pensando mucho. Mes sympathies mon amie... et je suis avec toi.

Anónimo disse...

Maca, querida....meus sentimentos pela sua querida abuelita Georgina, pela linda declaração de amor sua a ela e pela breve descrição dela, com certeza,ela está em um local encantado.
Beijos cheios de saudades, Paula.

Anónimo disse...

Las abuelitas casi siempre tienen una ventaja enorme en su relación con la nieta que otros parentezcos no lo tienen tanto. Su misión es querernos, mimarnos, engordarnos de cosas ricas, hacernos reir con sus historias, darnos todo lo mejor de ellas. Las abuelitas no nos crean malos traumas y tampoco podemos culparlas de nada, porque siempre que estuvieron fue para darnos amor y mucha alegria. Y las que no estuvieron cerca, no era por nosotras, sino por los rollos no resueltos con sus hijas o hijos, a esas abuelitas también las recuerdo porque yo sé que si se hubieran animado a estar, su vida estaría más llena de sonrisas acompañadas, no las del cine sino las de pequeños seres que las quieren incondicionalmente, solo por existir. Esto último va a mi abuelita Ana que está en Uruguay.